COMO FUNCIONA
La autocrítica es una voz interna que nos compara, nos impone reglas, casi siempre rígidas e irracionales y nos culpabiliza si no se cumplen.
Su lenguaje es telegráfico, con imágenes y palabras instantáneas, y siempre devaluadoras para nosotros mismos.
A veces somos conscientes de su acción, otras no, pero ¿por qué no podemos pararla?
La autocrítica es la forma en que hemos asumido por nuestra educación, castigos, prohibiciones y críticas de los demás.
Funciona porque era la forma que teníamos de niños para conseguir el cariño y la aprobación de otros, especialmente de nuestros padres. Al criticarnos a nosotros mismos, nos corregíamos para intentar cumplir aquello que los demás esperaban de nosotros.
NECESIDADES DE LA PERSONA
El problema era que lo que esperaban no era lo que nosotros necesitábamos. Todo niño necesita que sus necesidades sean atendidas:
-Tener vínculos seguros
-Autonomía, competencia y sentido de identidad
-Libertad para expresar necesidades y emociones
-Desarrollar la espontaneidad mediante el juego
-Tener límites realistas para poder aprender a autocontrolarnos
En definitiva, sentirse querido y aceptado.
Cuando nos hacen creer que algo estaba mal y lo hacían criticándonos, no corrigiendo con cariño y explicándonos las alternativas, el niño asume la crítica como algo que está mal en él, no como algo que ha hecho mal y necesita corregir.
COMO DETECTARLA
Se forma así la voz interior negativa que nos ataca y juzga con el fin de ayudarnos a cubrir esas necesidades que no estaban siendo cubiertas y que asumimos que son las que nos imponen:
-Rendir al máximo con metas inculcadas por otros.
-Hace el bien según valores asumidos y no elaborados por la persona
-Sentirse bien a toda costa y controlar el dolor físico y emocional porque mostrar el malestar es signo de debilidad
Necesidades desviadas, que no nos harán aceptarnos como somos, y que por cierto son las que vemos que se exigen en la Sociedad, vendidas como la clave del éxito y la felicidad.
Al no satisfacerse las necesidades básicas y asumir la crítica como necesaria para lograr la aceptación de los demás, la autoestima es baja, se siente uno incapaz de satisfacer sus necesidades, algo que nunca aprendió.
La crítica parece servirnos para acercarnos a esas necesidades de la persona con baja autoestima.
La crítica nos fija metas muy altas e impulsa a la acción con el objetivo de que no nos sintamos perdidos. Metas que serán aquellas socialmente valoradas, no nuestras, y tan altas, que no podremos conseguirlas o no estaremos satisfechos, aunque las cumplamos, nunca es suficiente, pero la crítica ha cumplido su propósito, nos ha movilizado momentáneamente.
Cuando tenemos miedo a fracasar o al rechazo, muchas veces la crítica nos dice que no cambiemos, que estamos bien como estamos, que seremos juzgados por los demás, por lo que no actuamos o lo hacemos de forma que boicoteamos nuestra acción.
La crítica nos acusa, nos compara donde siempre perdemos, nos recuerda los fracasos, nos impone reglas en forma de deberes, lee la mente de los demás y anticipa que nos juzgarán mal y exagera nuestras debilidades. No nos habla de lo valiosos que somos ni de nuestras cualidades.
DERROTA A LA CRITICA
Date cuenta de que función cumple, que necesidad intenta atender.
Responde a la crítica, agradece los servicios que nos prestó y dile que ya no nos sirve, que ahora solo nos boicotea, despídete de ella.
Cada persona es valiosa por si misma, única e irrepetible. Las acciones surgen del impulso de la vida, de lo que hacemos para conseguir lo que realmente valoramos, no lo que valoran los demás.
Tal vez tus acciones son para conseguir aceptación y cariño, por eso no tendrán valor, no servirán. Tu valor no está en tus acciones.
Tú tienes valor por existir, por eso lo que hagas será aquello que surja de forma natural para conseguir tu propio crecimiento como persona.
La Psicología te ayuda a solucionar este problema que te mantiene estancado, con la autoestima baja, el estado de ánimo decaído, con ansiedad y estrés por el esfuerzo de no conseguir nunca lo que necesitas, porque lo que necesitas no es lo que esperan los demás.
Paulino del Campo. Psicólogo-Psicoterapeuta.