Cómo entender tu comportamiento y poder cambiarlo

La mejor herramienta de la Psicología es el Análisis Funcional de la Conducta. Está construida por décadas de investigación científica de la conducta y confirmada sobradamente en la práctica de la Psicoterapia.

Cada avance en la Psicología se añade al análisis de la conducta para que la comprensión del comportamiento sea más útil y sirva al objetivo del cambio y mejora de la vida de las personas.

El análisis de la conducta aplicado a un caso concreto se llama Formulación del caso y sirve para entender que está haciendo la persona, por qué se comporta como lo hace y sienta las bases y guía para poder cambiar su conducta, que es la única manera, tanto de obtener aquello que necesita, como de modificar el ambiente o circunstancias a su alrededor para hacerlo más satisfactorio.

El análisis funcional de la conducta explica gráficamente lo que está ocurriendo en un momento dado respecto al comportamiento de una persona.

Los elementos que forman parte del análisis son:

  • Antecedentes Distales:

Experiencias en la vida de la persona que han determinado en cierta medida una tendencia a percibir, pensar y actuar. Por ejemplo, un padre distante, frío o ausente, puede haber creado vulnerabilidad en la persona ante la percepción de falta de cariño y comprensión.

  • Estímulos remotos externos: Que los padres prohibieran el llanto del niño.
  • Estímulos remotos internos: El niño aprende la creencia de que mostrar las emociones puede ser peligroso.

–        Antecedentes Próximos o disparadores de la conducta actual:

Experiencias actuales o recientes a las que responde la persona con una conducta determinada.

  • Estímulos próximos externos: Despido en el trabajo
  • Estímulos próximos internos: Pensar que no puedo permitirme mostrar lo que siento.
  • Respuestas o conductas que emite la persona:

Las respuestas con las conductas o comportamiento que la persona realiza para afrontar la situación o ambiente en que está interactuando. Hay cuatro tipos de respuesta o conducta, unas observables, que es lo que se suele entender por conducta y otras encubiertas, solo accesibles para quien las experimenta.

  • Cognitiva: Pensamientos, recuerdos, imágenes. “Es terrible sentirse triste”
  • Emocional: Emociones. Ejemplo: Tristeza y enfado por el despido y además enfado por estar triste.
  • Motora: Conducta visible. Ejemplo: Discuto con los que están a mi lado.
  • Fisiológica: Sensaciones corporales y respuestas hormonales, nerviosas, etc. Ejemplo: Presión en el pecho, nudo en el estómago y dolor de cabeza.

 

 

  • Estímulos consecuentes:

 

  • A corto plazo: Evitación de las emociones de malestar que a su vez me producen emociones secundarias no adaptadas a lo que ocurre y evitación de conductas dirigidas a mejorar la situación de tristeza y de afrontamiento para conseguir un nuevo trabajo.
  • A largo plazo: Pérdida de contacto con reforzadores del ambiente y mantenimiento de una situación de inactividad y peor economía personal.

En base a este análisis del comportamiento, se inicia el proceso de comprensión de por qué hago y siento esto en concreto y a partir de esta comprensión como puedo cambiarlo.

Los antecedentes de la persona, sus experiencias lejanas en la infancia y sus experiencias y ambiente actual están influyendo en el comportamiento.

Cuando lo que hacemos y sentimos no proporciona resultados satisfactorios para nosotros, es el momento de plantearnos por qué seguimos actuando de esta forma y como podemos cambiarlo. No es fácil.

Ahora sabemos que la conducta, tanto la visible para los demás, como la encubierta o solo observable por la propia persona (pensamientos y emociones) cumple una función, está al servicio de algo concreto, de lo que muchas veces no somos conscientes.

Toda conducta se mantiene o cambia en función de lo que obtiene del ambiente, es el refuerzo y el castigo lo que influye en la probabilidad de que la conducta permanezca o se modifique.

La cuestión es lo que es reforzante o gratificante y lo que no lo es.

Hay conductas que se realizan porque la persona ha aprendido a comportarse en función de lo que otros demandan o esperan y este será su refuerzo que la mantendrá, con la consecuencia de que posiblemente no hagamos lo mejor para nosotros.

Conductas que se emiten y mantienen por las consecuencias reforzantes del momento, lo que impide planificar y llevar a la práctica aquello que deseamos conseguir a medio y largo plazo. Incluso puede ser eliminar el malestar al instante, algo nefasto y muy valorado actualmente.

Y hay conductas que buscan cambiar las condiciones del ambiente para hacerlo favorable a lo que necesitamos y valoramos, que nos motivan a mejorar y conseguir nuestras metas a largo plazo. Estas son evidentemente más eficaces que las anteriores y son la base de una vida más rica y valiosa, aunque por el camino haya malestar y muchos obstáculos.

La Psicología y su rama la Psicoterapia dispone de las herramientas, el proceso y los profesionales comprometidos para ayudar a las personas a entender y cambiar su comportamiento y conseguir los objetivos que se proponen y sienten que necesitan.

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