La Personalidad es una mezcla de factores temperamentales, posiblemente determinados por la biología, y factores caracterológicos, determinados por el ambiente, (Caballo).
El temperamento es pues las influencias innatas y constitucionales.
Cloninger plantea cuatro posibles dimensiones del temperamento:
- Búsqueda de novedad o activación conductual: Es la tendencia a implicarse en actividades exploratorias que llevan a recompensas o a evitar el aburrimiento.
Sabemos no obstante que la actividad exploratoria está influenciada por la influencia de los padres o cuidadores del niño y depende de que se facilite la exploración y el juego en un ambiente seguro pero que permita la autonomía.
- Evitación del daño o inhibición conductual: Inhibición de comportamientos que conducen al castigo, situaciones nuevas o frustración.
Nuevamente el ambiente del niño puede hacerle proclive a percibir la novedad como peligrosa o amenazante. No se recompensa la exploración y por otra parte se fomenta la sensación de preocupación o alarma o simplemente se castiga o no se premia la iniciativa.
- Dependencia de la recompensa o mantenimiento conductual: Tendencia a responder a las situaciones reforzantes y mantener comportamientos que continúan produciendo placer o alivio del castigo.
La persona estaría pendiente del refuerzo constante, tal vez porque el ambiente no proporciona soporte emocional o cariño.
- Persistencia. Tendencia a continuar realizando la conducta a pesar de las dificultades.
Un ambiente familiar que anima al niño a controlarse y fomenta la recompensa a largo plazo dependiendo de que este aprenda a planificarse y conseguir mantener cierta disciplina para lograr metas.
Otros autores, como Costa y McCrae, proponen cinco factores temperamentales:
- Neuroticismo. Tendencia al malestar y la conducta impulsiva. Es decir, falta de autocontrol.
- Extraversión. Tendencia a implicarse en situaciones sociales y sentir alegría u optimismo.
- Apertura a la experiencia. Curiosidad y receptividad a ideas nuevas y expresividad emocional.
- Amabilidad. Grado en que se muestra compasión u hostilidad hacia los demás.
- Responsabilidad. Grado de organización y compromiso con los objetivos personales.
Nuevamente estos factores están muy influidos por el ambiente en el que el niño se desarrolla y está estudiado como las relaciones tempranas con los cuidadores determinan estos factores.
El Carácter corresponde a los factores aprendidos a lo largo de la experiencia y que influyen sobre la personalidad.
La base del carácter son los esquemas, creencias básicas de la persona para organizar su visión de si mismo, el mundo y los demás, y el futuro.
Para Segal, los esquemas son elementos organizados a partir de experiencias y formas de reaccionar a las mismas que dirigen las valoraciones y percepciones posteriores.
Young se refiere a los esquemas emocionales como construcciones de sensaciones, emociones, creencias y conductas que se originan como respuesta global para satisfacer las necesidades del niño.
Hay esquemas emocionales adaptativos y desadaptativos, determinados por formas poco sanas de obtener en la medida de lo posible lo que se necesita, pero que es la única manera que tiene el niño a su alcance.
Estos esquemas se perpetúan en el tiempo, pues se sigue respondiendo de forma parecida en el futuro cuando aparece la necesidad que no fue satisfecha, como cariño, comprensión, protección, juego, exploración, autonomía.
La Personalidad es pues un patrón de pensamientos, sentimientos y conductas características que distinguen a las personas entre sí, persisten a lo largo del tiempo y son más o menos constantes en distintas situaciones (Phares).
¿Qué es una personalidad sana y una desadaptativa o patológica?
La frontera entre lo sano y lo insano puede ser un continuo y depende del grado de malestar que la forma de pensar y actuar causa a la persona y/o a los demás con los que se relaciona.
Una Personalidad normal, sana, es la que tiene la capacidad de afrontar el ambiente de modo flexible y dispone de percepciones y conductas que fomentan el aumento de la satisfacción personal.
Una Personalidad desadaptativa, es la que emite respuestas inflexibles a las experiencias, por lo que sus percepciones y conductas tienen como consecuencia el malestar. Sus respuestas al ser inflexibles no son las más adecuadas a lo que está sucediendo y se reduce así la oportunidad de aprender y crecer.
La frontera entre temperamento y carácter es borrosa y la enorme cantidad de estudios desde la Psicología son cada vez más claros en como influye la experiencia y ciertas tendencias de acción, para conformar la forma de ser de una persona, su Personalidad.
La Psicología estudia y pone en práctica tratamientos y procesos contrastados para conseguir que formas de percibir a uno mismo, el mundo y el futuro y de actuar, que son causantes de malestar para la persona y su entorno, puedan convertirse en formas enriquecedoras y adaptativas de ver y actuar ante la vida y de proporcionar bienestar.