Las llamadas emociones positivas, son las que nos hacen sentir de forma agradable, y son tan útiles como las que nos hacen sentir inquietos o francamente mal.
Las experiencias emocionales como el interés, la alegría y el amor nos vinculan con los demás y nos motivan para seguir haciendo aquello que vemos que funciona. Son motores de crecimiento y mantenimiento de las relaciones.
Aquellas relaciones en las que no sentimos alegría o amor de estar con quién tenemos al lado nos indican que algo no va bien y tenemos que solucionarlo o bien, abandonar la relación cuando lo que obtenemos a pesar de nuestro esfuerzo es incomprensión, indiferencia o ya directamente maltrato.
El interés es una emoción que incita a explorar y aprender, es un motivador que empuja al cambio y la novedad.
El entusiasmo acelera nuestro interés por conocer, intensificando los esfuerzos. Es la emoción que permite insistir y no rendirse.
La curiosidad hace posible el análisis del entorno y nuevos descubrimientos, es algo vital en la ciencia, el arte y aplicada a la vida cotidiana, nos abre perspectivas en nuestro mundo.
La felicidad es una emoción que nos hace sentir bien con nosotros y el mundo. Es una emoción sobre la que se especula demasiado y se vende como un negocio.
Felicidad, según mi opinión y muchos filósofos y psicólogos a lo largo de la historia, es la sensación y su consciencia de que todo en este momento encaja, caminamos en la dirección que hemos elegido, nuestra vida tiene sentido y sabemos que estamos dando los pasos en esa dirección que deseamos. No tiene que ver con estar alegre ni encontrarse eufórico.
La alegría es la sensación del logro de un resultado, sea profesional, sentimental, o, en resumen, vital. Tan simple como encontrarse bien con un amigo, una subida de salario, acabar un trabajo complejo o llegar a un sitio deseado.
Las emociones positivas liberan tensión, nos hacen más abiertos a la información y nos expanden, amplían nuestras relaciones y oportunidades vitales.
El amor nos conecta con los demás y especialmente con los que más valoramos, motiva acciones de contacto y cuidado y nos da seguridad. Por eso un amor que nos hace sentir inseguros es posible que no sea amor, si no dependencia o entretenimiento para huir de la soledad. La dependencia, el miedo a la intimidad y la ansiedad son barreras para el amor.
El amor es sentirse libre con la persona que queremos, saber que contamos incondicionalmente con ella y ella con nosotros. Es una emoción que nos motiva a compartir y dar lo mejor de nosotros. En la pareja se complementa con la intimidad y el compromiso que potencian y forman parte del amor.
Todas estas emociones se complementan con las emociones que nos hacen sentir mal, que algo requiere ser solucionado, que nos motivan a actuar para ello, al igual que las positivas.
De estas emociones agradables, solo una es básica, tal vez genéticamente transmitida, la alegría, que tiene el sentido de hacernos conscientes de que en la situación que estamos nos encontramos bien y se muestra en nuestra cara y cuerpo para transmitir a los demás que estamos a gusto con ellos y que lo que estamos haciendo nos gusta y queremos que se repita.
El resto de las emociones agradables son complejas, dependen mucho de la cultura y entorno social, se puede decir que están construidas por el ambiente. Así el interés y la curiosidad dependen de la educación e inquietudes que el entorno nos transmite. La felicidad tiene mucho que ver con que está valorado socialmente, salvo que la autoestima y libertad que una persona logre, le saquen de la idea de lo bien visto socialmente. El amor difiere igualmente en cada cultura, aunque la homogeneidad se expande por el mundo.
Por eso es tan importante la educación en sentido amplio, incluyendo la educación emocional y la ética, ya que pueden abrir nuestro interés, entusiasmo y hasta saber que la Felicidad es encontrarnos en el camino que deseamos seguir.
La Psicología y su rama aplicada, que me ocupa, la Psicoterapia, pueden ofrecer la enseñanza de estas emociones agradables y que una persona las asuma y practique para conseguir lo que necesita en su vida.